“Pensé que era mi amiga, pero hablaba mal de mí y contaba cosas personales que le había confiado. Siento que me apuñaló por la espalda, no se merece que la perdone”.
“Ella llegaba a mi casa, compartía con mi familia, y todos la querían. Era mi novia, luego descubrí que tenía una relación paralela con un compañero de trabajo. Aún no puedo perdonar lo que me hizo”.
“La deslealtad y la falta de consideración son cosas que me cuestan perdonar, al final lo hago; Trato de ser racional para no acumular ira, dejo tiempo al tiempo”.
A menudo ocultamos
lo que sentimos tratando de equilibrar nuestro ser o por el contrario nos
dejamos consumir por pensamientos primitivos y una semilla de venganza. Usamos
frases como:
“No
estoy molesto”
“Sólo estoy
diciendo lo que pienso”
“Ya lo superé”
“Cuando a ti
te pase lo mismo, vas a poder entenderme”
¿ES FÁCIL PERDONAR?
Si existiera un
botón que borrara los recuerdos, las heridas y el rencor, quizás sería fácil,
sin embargo, la realidad es distinta. Perdonar no significa dar segundas
oportunidades automáticas ni aceptar faltas de respeto, perdonar no es excusar
ni justificar el comportamiento dañino.
¿QUÉ ES REALMENTE EL PERDÓN?
Es caminar
hacia la liberación emocional, soltar el peso del rencor, liberar nuestra
mente, cuerpo y espíritu para mantenernos en paz.
Es una forma de
autocuidado.
Es también aprender
a colocar limites saludables que protejan nuestro bienestar.
BENEFICIOS DEL PERDÓN:
El perdón tiene
un impacto profundo en nuestra salud mental, física y espiritual.
Estudios
psicológicos han demostrado que quienes practican el perdón tienen niveles más
bajos de ansiedad y depresión. Además, la liberación del rencor puede mejorar
nuestra salud cardiovascular y fortalecer nuestro sistema inmunológico.
PERDÓN COMO REGALO:
Entonces, el perdón no es un
regalo que hacemos a otros; es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos, UNA
ELECCIÓN. Es una herramienta poderosa para sanar nuestras heridas y avanzar
hacia una vida más plena.
Viktor Frankl, superviviente de campos de concentración reflexionó:
“Entre el
estímulo y la respuesta hay un espacio.
En ese espacio
reside nuestra capacidad de elegir nuestra respuesta.
En nuestra
respuesta se encuentra nuestro crecimiento y nuestra libertad”.
EL PERDÓN ES
PRECISAMENTE ESA ELECCIÓN.
Preguntémonos ¿Qué
historias, personas o situaciones están impidiendo nuestra paz interior? Quizá
hoy, sea el día de empezar a trabajar en el perdón.
Recordemos que,
el perdón no cambia el pasado, pero transforma nuestro futuro. Aunque nadie nos
pida perdón dejemos de estar enojados.
Empecemos por
nosotros mismos.
“SI NO PERDONAS POR AMOR, PERDONA POR EGOÍSMO, POR TU PROPIO BIENESTAR”
-Dalai Lama